Cuando leemos un diario impreso o digital o quien sabe talvez nos informamos a través de un canal de televisión o radio, no sólo recibimos la información, estamos recibiendo una opinión, un sesgo. Todo medio tiene un sesgo, por más pequeño que sea. No pretendo con esto criticar a los medios, pues toda persona tiene un propio, y un medio, compuesto por una o por varias personas.
Que leamos noticias con sesgos no es nada del otro mundo, ocurre siempre y continuará sucediendo. Sin embargo, la gente, en general, tiende a leer y ver las noticias a través de medios afines, medios con sesgo similar al de uno mismo, medios que no cuestionan sus opiniones. Leemos los mismos diarios, las mismas secciones, los mismos columnistas. Vemos los mismos programas, los mismos canales, los mismos noticieros informativos.
En fin, hoy en día esta situación se ha extendido a las redes sociales. Siendo que Facebook y Twitter se han convertido en nuestras cárceles de opinión. Seguimos a los que dicen lo que nos gusta, dejamos de seguir a los que no; incluso a nivel de opinión mucha gente sólo sigue a los que coinciden con la suya.
Esta situación deriva en una especie de "burbuja informativa" en la que se encuentran la mayoría de las personas. Una burbuja en la que nos auto-encerramos en la comodidad de la falta de discrepancia, en la tranquilidad de nuestras ideas.
Construimos una muralla que protege nuestras creencias e ideas de los argumentos que podrían hacer peligrar los cimientos que las sostienen en nuestro interior. Nos encontramos pues, presumiblemente, ante un castillo de naipes ideológico en la mente de cada persona, de la gran mayoría al menos, que sólo se sostiene íntegramente por la falta de una corriente de aire que lo haga comenzar a tambalearse y finalmente caer sobre sí mismo.
Todos tenemos ideas mejores y peores, más y menos acertadas, nadie es infalible. Y escuchar únicamente a los que nos dicen qué guapos somos no nos va a ayudar en nada. De lo que más se aprende es de la crítica, del que opina diferente y rebate nuestras posturas. No sólo podemos cambiar de opnión y abrazar la suya, sino que puede ayudarnos a mejorar nuestra idea sin llegar abrazar la contraria, a construir mejores argumentos para defender nuestras ideas.
Sólo espero que esta corta reflexión ayude a alguien, aunque sea una única persona, a abrir su mente y escuchar las distintas opiniones y argumentos de diferentes fuentes y contrastar entre ellos, a dejar de encerrarse en su mente. Simplemente con éso, me daría por satisfecho.
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